• LA CHICA DE NUEVA INGLATERRA
  • Autor Sherwood Anderson
  • Editorial Nórdica, Madrid, 2013
  • Traductor Jacques Simon
  • nº páginas 228

Sherwood Anderson. LA CHICA DE NUEVA INGLATERRA

18/9/2014 - JOSÉ MARÍA GUELBENZU

Hasta 2099, en que la editorial Lumen publicó una edición de "Cuentos reunidos", los cuentos de Sherwood Anderson eran poco menos que desconocidos en nuestro país, justo al contrario que su prodigioso "Winesburg, Ohio", una de las obras cumbre de la Literatura Norteamericana (que no deja de ser un conjunto de cuentos, aunque unidos por el mismo narrador, el pueblerino soñador George Willard). En esta obra está la esencia del mundo de Anderson: gente de Medio Oeste que sueña con ser alguien y salir de la mediocridad puritana y provinciana de su entorno. Unas veces sus personajes son proyectos de escritor, como el joven Willard, que fija su mirada en la gente de alrededor y, observándola, acaba por decidir ser escritor, salir del asfixiante mundo provinciano y alcanzar una vida nueva; otras, son una muchacha, o un anciano, que están o se saben perdidos sin dejar por ello de soñar con alcanzar otro espacio, otra vida.

Autenticidad frente a puritanismo: éste es el lema que hicieron suyo un grupo de escritores entre los que se encontraban, además del propio Anderson, Theodore Dreiser o Carl Sandburg. La literatura anterior a él resultaba a menudo artificiosa y frente a ella, la frescura de Anderson, su sencillez, su aplicación a la vida real (en su caso referida a su Ohio natal que, como el resto de América, sufría la convulsión del capitalismo y la industrialización) y su mirada convertida en estilo literario directo, sin florituras ni distorsiones, pero lleno de sensibilidad, marcaron una nueva manera de abordar la narración, tan poderosa que se le considera el maestro de la narrativa norteamericana contemporánea y cuya influencia, especialmente entre los cuentistas posteriores a él, llega hasta nuestros días. De hecho, Chéjov y Anderson son los dos faros que guían al cuento norteamericano moderno. Esta edición que hoy presenta Nórdica sólo coincide en tres títulos con el volumen de "Cuentos reunidos" de Lumen, por lo que representa una aportación considerable.

Sherwood Anderson no es sólo un maestro de la naturalidad cuando narra las cosas y la vida sencilla sino que es capaz de mostrar el pozo de sentimientos y emociones intensas y hondas que se ocultan bajo la superficie de esa vida sencilla; un gesto, un acto mínimo, un golpe de luz, una simple anécdota, son capaces de sugerir y contener el sentido profundo de un sentimiento, de conducirnos a la percepción de una emoción y dejarla colgada en el relato y en el escenario del relato como se deja colgado en una pared cualquiera un cuadro que singulariza, ilumina y llena de sensaciones el espacio entero. Todas sus historias están tocadas por la gracia de lo verdadero; generan en el lector la confianza en un narrador generoso y receptivo movido por la compasión hacia las pequeñas historias de almas simples, confusas y perdidas que contienen la representación de las desdichas y esperanzas de todo del género humano.

Un relato como "Lámparas apagadas", por ejemplo, trata del deseo de ser querido y de la represión de la ternura que impide manifestarlo y disfrutarlo y de cómo las oportunidades perdidas se ocupan de cumplir con su triste consecuencia. Hay relatos ("Senilidad") tan breves y sugerentes a la vez que son como la brisa que agita unas hojas y pasa, dejando una inquietud estimulante en el ánimo del lector. "Hermanos" es un cuento conmovedor, imaginativo e implacable sobre la soledad... y así puede decirse de la mayoría que son de una belleza desarmante. Anderson es un clásico contemporáneo y un clásico de la experiencia, sobre la que apoyó todos sus relatos. El envaramiento o la erudición que lo precedieron en la literatura americana fueron barridos por su escritura y todos los escritores posteriores, desde Faulkner y Hemingway a Raymond Carver o Tobías Wolff han reconocido su deuda con él.

Página desarrollada por Tres Tristes Tigres