• MAL DADAS
  • Autor James Ross
  • Editorial Sajalin, Barcelona, 2013
  • Traductor Carlos Mayor
  • nº páginas 360

James Ross. MAL DADAS

04/2/2014 - JOSÉ MARÍA GUELBENZU

Una novela sobre las alma perdidas de un pueblo sureño en tiempos de la Gran Depresión narrada con despiadado realismo. En Corinth no hay más que una fábrica de hilaturas, sus empleados, unos cientos de blancos ociosos y pobres, negros no especialmente conflictivos, algún personaje adinerado, la guapa del lugar, un salón de carretera donde la gente acude a emborracharse y a bailar, algunas destilerías clandestinas... ¿cuántas novelas o películas nos han situado en un escenario parecido?

James Ross (1911-1990) no fue un hombre de suerte. Sólo consiguió publicar esta novela, dejó otra inédita, esparció artículos por aquí y por allá durante una larga carrera periodística y desapareció como narrador. "Mal dadas" cuenta la historia de Jack Mc Donald, una joven pobre que pierde su granja por no poder pagar los impuestos y se enrola en un triste puesto de gasolina que su amigo Smut Milligan convierte en un exitoso salón de carretera donde se acaba reuniendo todo Corinth . Las deudas adquiridas por Milligan hacen que preste oídos al rumor de que uno de sus clientes esconde en su casa una considerable cantidad de dinero y, siendo como es un hombre sin alma ni compasión alguna, concibe un plan; un plan que los arrastrará a los dos a un desenlace cantado.

Así pues, todo en esta novela nos suena a algo ya sabido y escrito en un género que ha dado literatura de primera. ¿Qué tiene, pues, de especial interés el relato de James Ross? La novela no tiene novedad. Lo que tiene es una escritura que corta como un cuchillo bien afilado.

Hay una primera parte que transcurre entre la ociosidad, la borrachería y la tozuda cerrazón de sus personajes, donde sólo Jack y Smut, cada uno de diferente manera, se mueven y buscan la vida, el primero a remolque del segundo. Hay un clímax brutal cuando deciden ir por el dinero; hay una zona de relax posterior que es, en realidad, un desahogo antes de que la maquinaria del mal vuelva a ponerse en marcha y propicie una venganza atroz e inútil, tras la que Jack escapa con los bolsillos tan vacíos como al comienzo de la novela. No importa que adelante acontecimientos al decir esto porque el lector comprenderá en cuanto se meta en la narración que lo de menos es una trama casi previsible y lo de más, el espléndido desarrollo de esa trama de crueldad, estulticia y miseria.

Una vez más, aquí está ese duro y telúrico mundo sureño, en este relato que arrancó comentarios entusiastas a Raymond Chandler o a Flannery O´Connor. "Mal dadas" no es una obra maestra, pero bastará decir, a cualquier lector sensible e inteligente, que es una obra de culto para que se decida a leer esta poderosa narración, impactante como un buen derechazo a la mandíbula; directa, precisa y ágil como la esgrima de un buen peso welter. Esos dos personajes, el desalmado Smut y el indiferente Jack, rodeados de un escenario y un conjunto de personajes que habría bordado el Kazan de "Al este del Eden", pertenecen por derecho propio al imaginario del mítico sur americano.

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